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Ideologías y arquetipos

Nuestra percepción y la manera que tenemos de interpretar los acontecimientos que nos afectan están comprometidas por nuestro mapa mental. Este mapa mental actúa a modo de filtro para nuestra percepción y de prejuicios para nuestra interpretación de las cosas; una buena parte es consciente y podemos explicarla, pero la mayoría es inconsciente y nos condiciona sin saberlo. Está estructurado a partir de 2 ejes: nuestros miedos y nuestras creencias inconscientes. En términos generales, los diferentes mapas mentales que tienen las personas, aunque con matices diferentes, poseen una estructura definida en forma de ideología.

Las ideologías son modos de pensar y ver el mundo que están relacionadas con constructos sociales, pues han sido construidas por colectividades que comparten una misma historia y un mismo modo de pensar. Todos los “…ismos” tienen su ideología estereotípica, prototípica y arquetípica. El ecologismo, el feminismo, el panteísmo, el nacionalsocialismo, el budismo, el cristianismo, el racismo, el victimismo, el capitalismo, el nacionalismo…, todos ellos tienen un mapa mental característico que posee las mentes de muchas personas. La gente vive su vida a partir de una o más ideologías. Cada una de éstas es estereotípica, porque su influencia es amplia y transversal, y afecta a todos los planos del pensamiento; es prototípica, porque es la base, el fundamento de nuestra manera de pensar; y es arquetípica, porque trasciende la persona en el tiempo y en el espacio, viene de muy antiguo.

Los arquetipos definen muy bien estos patrones mentales o ideologías. Los arquetipos son los demiurgos de nuestra vida, pues condicionan y dirigen, sin que podamos percibirlo, nuestra conducta y, en definitiva, nuestro destino. Como dice una de mis citas preferidas (de autoría atribuida a muchos): “Siembra un pensamiento -o idea- y cosecharás una acción; siembra una acción y cosecharás un hábito; siembra un hábito y cosecharás un carácter; siembra un carácter y cosecharás un destino”. Tomar conciencia de los arquetipos que gobiernan nuestra vida desde las profundidades de la sombra psíquica, nos ayuda a percibir su influencia y, por consiguiente a trascenderlos.

Hoy en día podemos reconocer muchos arquetipos que predominan en nuestra sociedad y vemos cuán potenciados están por los medios de comunicación. Parece existir una única e inevitable manera de atraer la atención pública a través de los medios de masas. Incluso cuando hay puntos de vista contrarios, como es el caso en España con el independentismo y el constitucionalismo, en el fondo el tema de fondo es el mismo, sólo que con perspectivas ideológicas diferentes: en este caso, la libertad, 

Uno de los arquetipos que está adquiriendo una mayor fuerza en los últimos 20 años, es el POLICÍA. Efectivamente, estamos construyendo entre todos una sociedad cada vez más policíaca. Primeramente el terrorismo y ahora la pandemia del COVID-19, están imponiendo un mayor control social a costa de derechos y libertados individuales. No juzgo si está bien o está mal, o si habría una alternativa mejor, simplemente describo hechos. El control del Policía lleva a un proteccionismo mayor que también afecta a la manera cómo educamos a nuestros hijos. La creencia y el miedo inconscientes de este arquetipo podría ser: “si no vigilo y me protejo, me dañarán”.

Otro arquetipo predominante en la actualidad es el del SEDUCTOR. Este arquetipo genera mucho negocio. El capitalismo saca mucho provecho económico con él. El culto al cuerpo, la perfumería, la estética, la moda textil, incluso la industria automovilística, saben muy bien que nuestra imagen y nuestras posesiones -que también dicen cosas de nosotros-, son objeto de culto. La creencia y el miedo inconscientes de este arquetipo podría ser: “Si no soy admirado, no valgo nada y nadie me amará”.

Un arquetipo es un programa de pensamiento que se va filtrando poco a poco en nuestra psique, como una lluvia fina que te acaba calando hasta los huesos. Como he dicho, es un constructo social; por consiguiente, nos hace especialmente sensibles a la mirada y a la opinión que los demás tienen de nosotros. Por eso nos condiciona tanto. Pues quien se salta la opinión pública dominante, es entonces criticado, tachado de transgresor y, en cierto modo, excluido. En todo ello, de nuevo se encuentra comprometido un valor indispensable para el crecimiento humano: la libertad.

La libertad se conquista, nadie te la regala. Es un estado de ser por el cual puedes elegir tu camino a pesar de los condicionantes externos que, hasta que los descubrimos, son internos también. Hay mucho contaminante mental que necesita ser neutralizado. El primer paso es el reconocimiento y la aceptación de lo que hay. Por ello, el coaching de arquetipos nos ayuda a reconocer nuestros patrones y a trascenderlos.

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ARCHEUS

Coaching, inconsciente y arquetipos

www.archeus-coaching.net

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